El Camino de Santiago lo he hecho muchas veces y cada una de ellas ha sido especial y completamente diferente a la anterior.
La primera vez fui con mi amiga María, teníamos unos 18 años. Fue uno de los recorridos más largos que he hecho como peregrina, hicimos desde León a Santiago de Compostela, 340 km en unos 15 días.
Soy de las que piensan que el Camino de Santiago es una experiencia que todo el mundo debe vivir una vez en la vida, y si es posible, una vez al año. Te ayuda a valorar lo que tienes en el día a día, a conocerte a ti mismo, y a profundizar la relación con las personas con las que lo compartes.
La segunda vez hice desde Sarriá a Santiago con mi madre, unos 150 km que se pueden hacer en 5 etapas, es decir, 5 días.
Tercera!!! Logroño-Pamplona con Jessy y Pilar, unos 90km aproximadamente en 4 días. Recuerdo como engañábamos a Jessy diciéndole esta curva y llegamos al pueblo, para que no dejara de caminar.
La cuarta vez que lo realicé fue de nuevo con mi madre, esta vez de Roncesvalles a Logroño unos 150 km, unos 5 días. Esta vez con mi madre fuimos mucho más peregrinas que la vez anterior, disfrutando de los albergues públicos y de la gente que nos encontramos en el camino.
Quinta!!! con Pilar y Pedro. Hicimos desde O’cebreiro a Santiago unos 180 km, en total 7 días. Recuerdo de este viaje como Pedro chafaba los charcos con agua hasta las rodillas porque era de madrugada y no se veía bien el suelo, qué risas!
La sexta vez que lo hice tenía la maleta preparada para un viaje a Málaga y tras diversos cambios acabé en Bilbao haciendo el camino del Norte. Hice desde Bilbao a Unquera 170km aproximadamente en 8 días con Santi, un amigo de Tenerife que se unió en último momento.
La última vez (de momento, jejejeje…..) fue desde Sarria a Santiago con Cris. Estas etapas ya las había hecho anteriormente pero como os digo cada vez es diferente.
Uno de los puntos más importantes es la mochila y el peso de la misma, ya que quizás si llevas peso excesivo no puedas acabar la etapa.
¿Qué hay que meter en la mochila? No hay que olvidar chubasquero, gorra, linterna (frontal mejor), una navaja multiusos y forro polar o chaqueta, aunque sea verano refresca por las noches. Para caminar, llevar zapatillas o botas que ya hayas usado anteriormente y que te sean cómodas. Para las personas que sean propensas a tener ampollas en los pies, un truco es ponerse Vicks Vaporub antes de empezar a caminar. Mantiene los pies calientes y evita que salgan ampollas.
Para dormir es importante llevar el saco de dormir o saco sábana si estas en pleno verano.
“Menos es más” sería el lema principal para cualquiera que se decidiera a realizar el camino de Santiago, con vestimenta para dos días de repuesto es suficiente.
Llevar siempre agua, frutos secos y caramelos o algo dulce ya que puede ser que durante la etapa tengas momentos en los que no encuentres ningún pueblo.
¿Qué preparar antes de salir de casa? Además de tu DNI y tarjeta de la Seguridad Social, si quieres dormir en los albergues públicos deberás tener tu Credencial del Peregrino. En ella se irán sellando los lugares por los que pasas para, cuando llegues a Santiago, obtener la Compostela. Hay que tener en cuenta que, para conseguirla, deben haberse realizado, al menos, 100 km a pie o 200 si se va en bicicleta o a caballo.
¿Cuándo ir? La mayoría de peregrinos coincide en que la mejor época para realizar el camino es en primavera o en otoño, ya que en verano o en invierno el clima puede resultar demasiado extremo, y en verano suelen producirse masificaciones en los albergues.
Y después de algunos consejos deciros que el Camino de Santiago es para conocer gente, compartir, pensar, reír, llorar, sufrir, y sobretodo y lo más importante disfrutar de cada minuto, de la naturaleza y de los diferentes paisajes. También de las personas que vas conociendo y dejando a lo largo del camino de la vida.
Me gustaría contar una bonita experiencia del último camino de Santiago que hice. Decidí, con Carol, ponerme en la espalda un cartel en el que ponía «se regalan abrazos «, y durante toda la etapa fui dando abrazos a todo el mundo que me lo pedía. El momento más especial fue cuando en Monte de Gozo (a unos 5 km de la Plaza del Obradoiro) un niño se acercó corriendo a mí y me abrazó. Fue un momento muy bonito que no olvidaré.